Siempre estoy pensando en la muerte
Hace días
quería escribir sobre este tema, pero lo fui dejando de lado, como solemos
dejar las cosas importantes en la vida, todo por hundirnos en la superficialidad
actual; si, tan contradictorio como suena.
Me senté
dispuesta a escribir y mientras organizaba mis ideas, alguien me deseo los
buenos días enviándome una imagen que decía “AMA NACER”; sólo pude esbozar esa
sonrisa que me genera el pensar que “El Universo” envía mensajes, todo el
tiempo, de mil maneras.
Solemos
pasar, cada día, por micro-muertes. Muertes
emocionales, muertes espirituales, muertes cognitivas. Con “muerte” me refiero
al fin de nuestras emociones, nuestras ideas, nuestras creencias, nuestras
percepciones, incluso de nuestros gustos. Así que al momento de la muerte de lo
que fuimos, entonces nace lo que somos, que es esto que yace únicamente en el
presente y en uno mismo (Porque, aunque nos relacionemos con muchas personas y
creamos que nos conocen, la verdad es que sólo somos la versión de lo que esa
persona –familia, amigos, etc.- creó en su mente).
Nos
actualizamos constantemente, cada minuto, tras cada experiencia, tras cada
persona que conocemos, tras cada cosa que leemos, tras cada lugar que visitamos.
Vivimos en una constante actualización de lo que somos. Por eso siempre estoy
pensando en la muerte, porque la vivimos a diario. Y tal vez, si no sientes que
mueres cada día, no estés viviendo realmente, no estés actualizando tu ser y
entonces estés quedando obsoleto en este sistema actual que va tan acelerado.
Siempre pienso en la muerte porque lo que sentimos como un duelo es
justamente lo que nos transforma. Si bien es genial pasar por momentos felices,
generalmente (Por no decir siempre) las “malas experiencias”, lo que nos deja
un hueco en el fondo del alma, lo que nos sacude, lo que nos hace llorar hasta
no poder respirar, lo que nos hace sentir que ya no podemos vivir más, son
justo esos momentos de grandes crisis, los que nos hacen volver a renacer
constantemente. Pero si tú sientes que nada está transformando tu interior, tal
vez es momento de que vuelvas a ti, porque tal vez te has abandonado.
A
veces no pensamos en la muerte porque nos da miedo. Vivimos anclados a una vida
física que creemos que va a ser eterna, ¡Pero, por favor!, hay árboles que
viven muchos más años que nosotros, los humanos. ¿Realmente crees que tienes
tanto tiempo como para dejar todo para después? Yo estoy tratando de vivir de
tal manera que, si me toca morir en este instante, logre marcharme con tranquilidad
y con una gran sonrisa, porque hice lo que me hizo feliz mientras pude y no
deje la –felicidad- para –después-. Realmente deseo que tú que me lees, también
estés viviendo una vida que te haga feliz y que logres ver la muerte con la
tranquilidad que genera estar disfrutando de una transformación. No sé qué hay después
de la muerte física, tal vez no hay nada. Pero puedo decir, a través de mi
experiencia, que tras la muerte espiritual/mental/emocional, hay un camino de
vuelta hacia ti mismo y al amor propio. Un camino a darse cuenta que nada nos
pertenece y tampoco pertenecemos a nada, que lo único que poseemos es a
nosotros mismos y a este sagrado momento presente (Que agradezco mucho el que estés
tomando tu tiempo, en este momento, para leer estas líneas).
Desde
la sala de mi actual casa en Santiago de Cali – Colombia, te abrazo, te
agradezco y te invito a no tener miedo a la muerte y siempre vivir, realmente vivir
la vida (Que puede ser increíble cuando la miramos con los lentes correctos) También
quiero aclarar, que como siempre digo: La verdad no está en mis manos, todo lo
que lees de mi es sólo mi percepción del mundo a través de mi propia
experiencia. Descubre la tuya.
Con amor, Crislin.
Mi cara de felicidad en Pozo Azul. (Cojedes, Venezuela.) |