A LOS QUE SE QUEDARON:
Gracias por darme la mano cada vez que he caído, por tus palabras de aliento, por tu abrazo sincero, por tu crítica constructiva, por tu honestidad, por tu amor, por tu risa. Gracias por no salir corriendo, por quererme a pesar de mis imperfecciones, de mis sombras, de mis grises, de mis humores, de mis errores. Gracias por hacerme sentir acompañada, comprendida, escuchada, atendida. Gracias por enseñarme que las relaciones se construyen. Gracias por construir conmigo. Gracias por darle más peso y más valor a las cosas bonitas, a las cosas buenas. Gracias por sostener este lazo, todos estos años, junto a mí. Gracias por no esperar (ni exigirme entre líneas) ser perfecta para poder tener un vínculo. Gracias por no alejarte por algún error que yo haya cometido y del cual me haya arrepentido honestamente. Gracias por enseñarme con paciencia y amor. Gracias por todos tus consejos y regaños. Hay una canción que dice: “ningún hombre es una isla, ningún ho...